Tesis que efectua un analisis ampliamente documentado del rol de las mujeres en las Fuerzas Armadas y especialmente sobre la necesidad y conveniencia de incluirlas en unidades de combate.

lunes, 19 de noviembre de 2007

III.- SITUACIÓN ACTUAL 3.1 | EJÉRCITO DE CHILE

2.- EJÉRCITO DE CHILE

El Ejército de Chile contó entre sus filas, integrados oficialmente, con miembros femeninos desde sus comienzos. Durante la Guerra contra la Confederación Peruano-Boliviana, las fuerzas chilenas fueron parcialmente reclutadas entre quienes se encontraban en territorio peruano. Uno de tales reclutas fue una notable mujer, que ha pasado a ser todo un símbolo de las armas chilenas. La Sargento Candelaria. (Ver Anexo D).

No se sabe de otras mujeres combatiendo en el Ejército de Chile en este conflicto. Pero se puede suponer con buenas razones, que la Sargento Candelaria no fue la única.Tampoco sería la última.

La Guerra del Pacífico nos trae a la memoria la actuación de algunas mujeres, en los cuarteles y en el combate. Numerosos testimonios dan cuenta de mujeres marchando con los soldados en las campañas libradas por nuestro Ejército. Entre ellas resalta con colores y brillos propios, Irene Morales Infante. (Ver Anexo E).

Irene Morales representa junto a la Sargento Candelaria, a la mujer chilena simple y abnegada, que en las circunstancias extraordinarias que le tocó vivir, supo responder con coraje y decisión.

Sabemos que junto a Irene Morales, hubo muchas otras mujeres en medio de las tropas chilenas en la Guerra del Pacífico. A las numerosas cantineras, se sumaron las “camaradas”, mujeres que acompañaron a los soldados por sus vínculos afectivos (esposas, amantes) o por su deseo de ayudar a la causa de la Patria. Dieron, junto a los hombres, su vida con generosidad sin igual.

La participación de las mujeres en la Guerra del Pacífico, como hemos visto, fue activa y centrada en tres ámbitos fundamentales: el aporte económico, el cuidado de los enfermos y como cantineras marchando junto al Ejército.

Vemos en el caso chileno, que el combate terrestre no ha sido un campo ajeno al sexo femenino. Ella esta presente desde los albores de la Patria con Valdivia y sus huestes guerreras, con Lautaro y sus conas, quienes luchaban ferozmente, sin saber que se encontraban forjando una nueva nación. La conducta de las mujeres, de uno u otro bando, siempre digna del mejor soldado, es una demostración de que cuando la necesidad lo ameritaba, allí estaba ella, dándose al combate con el mismo ardor con que hubiera cuidado de sus hijos. Sólo que en todos los casos, se trataba siempre de situaciones excepcionales, aunque adquirieran la condición de combatientes regulares.

Nada hace suponer que en el futuro, si las circunstancias se presentan, las mujeres chilenas no estarán dispuestas a luchar junto a sus maridos, hermanos y camaradas, como nuevas Guacoldas o Sargentos Candelarias y, al igual que éstas, lo harán con la valentía tradicional y reconocida de la raza chilena.

El Ejército, en relación con la presencia de mujeres en sus filas, al igual que otras ramas de la defensa ha contado con ellas desde hace muchos años. La diferencia, la ha marcado la reciente incorporación de la mujer en los escalafones de combatientes.

En efecto, desde el año 1995 las mujeres han accedido a la Escuela Militar y de Suboficiales, para integrarse a los escalafones de Línea y de los Servicios, con excepción de las armas de infantería y caballería blindada. Veinte años antes, con la creación de la Escuela del Servicio Auxiliar Femenino del Ejército, las mujeres habían ingresado en funciones de tipo administrativo integradas en escalafones dotados de rango militar y vistiendo uniforme.

El acceso de la mujer al Ejército fue paralelo con la creación de cupos para personal femenino en el Servicio Militar Obligatorio, tanto cronológicamente como en términos de funciones a desempeñar.

Los requisitos de ingreso, permanencia, aprobación de estudios y de ascenso no presentan en nuestro Ejército diferencias con los de los varones. Sólo es importante mencionar que las exigencias físicas son menores para ellas.

Al contrario de lo que ocurre en otros países, en el Ejército chileno, así como en las restantes instituciones de la Defensa Nacional, las mujeres tienen la condición de militares, de acuerdo con las disposiciones del Código de Justicia Militar. Esto en virtud de las disposiciones de la Ley de Servicio Militar Obligatorio o para prestar servicios en cualquiera otra condición.

TABLA 12.-


Distribución de hombres y mujeres por grado en el Ejército de Chile. Año 2005.


Fuente: Ministerio de Defensa Nacional: Separata de actualización del libro de la Defensa Nacional 2005.”Participación de la mujer en la Fuerzas Armadas”.


Fuente: Ministerio de Defensa Nacional: Separata de actualización del Libro de la Defensa Nacional 2005.

“Participación de la mujer en las Fuerzas Armadas”.

FIGURA 3.-



Fuente:Ministerio de Defensa Nacional:Separata de actualización del Libro de la Defensa Nacional 2005.

“Participación de la mujer en la Fuerzas Armadas”

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